Ha llegado el momento de superar este revanchismo inútil y peligroso. Es la hora de trascender las fronteras y reconocer en nuestros hermanos latinoamericanos nuestro propio reflejo, la imagen de una comunidad de profesores, obreros, policías, estudiantes y demás que deseamos vivir en paz y prosperidad, y queremos seguir trabajando por el desarrollo de nuestra sociedad.
¡No a la violencia!
¡Vivan los puebles hermanos de Perú y Chile!
La coordinación.